El volcan que salvo a la iglesia.




El volcán Paricutín o parícutin (en purépecha Parhikutini Lugar al otro lado) es el volcán más joven del mundo, que se localiza en el estado de Michoacán, México entre el nuevo poblado San Juan Parangaricutiro y el poblado Angahuan.

Este volcán cambió la vida a los habitantes de la meseta Purépecha el día 20 de febrero de 1943, día en que nació. El Paricutín es considerado por muchos como una de las maravillas naturales del mundo.

La duración de la actividad de este volcán duro 9 años 11 días y 10 horas, la lava caminó unos 10 km. No hubo víctimas humanas, hubo suficiente tiempo para que todos se salvaran, solo sepultó dos poblados: Paricutín y San Juan Viejo Parangaricutiro (Parhikutini y Parangarikutirhu en purépecha). El primero quedó totalmente borrado del mapa pues muy cerca de él se encuentra ahora el cráter del volcán. Del segundo pueblo sólo es visible la iglesia que quedó sepultada por la lava al igual que el resto del pueblo, excepto por la torre izquierda del frente (la torre derecha aparentemente cayó pero lo cierto es que estaba en construcción al momento de empezar el fenómeno) y la pared de atrás junto con el altar.

La iglesia de San Juan permanece hoy día en pie como un lugar congelado en el tiempo, un fantasmal campanario que emerge sobre un lago de piedra. Enterrados en la roca descansan las casas y comercios de la antigua población; sobre ellos, erguida y desafiante, la torre es la única señal de vida en kilómetros a la redonda.



El volcán Paricutín, protagonista de aquella destrucción, nació por sorpresa el día 20 de febrero de 1943 en una llanura donde hasta entonces no se conocía actividad volcánica alguna. Aquel día, el campesino Dionisio Pulido entró en la historia de la vulcanología y se convirtió en la primera persona que presenció en directo el nacimiento de un volcán. Según él mismo relató, se encontraba arando cuando escuchó un fuerte temblor y contempló con sus propios ojos cómo se abría la tierra y comenzaba a escupir vapor y piedras.

En las siguientes 24 horas, el Paricutín se levantó siete metros del suelo mientras arrojaba al aire todo tipo de material volcánico. Al cabo de una semana, la montaña de ceniza ya alcanzaba los 50 metros y continuó creciendo hasta alcanzar los 600 metros de altura.
En la siguiente imagen vemos a Dionisio en el centro:

La erupción permaneció activa durante nueve años y además de los pueblos de Paricutín y de San Juan Parangaricutiro enterró otras poblaciones cercanas. Los ríos de lava crearon una falda de roca de varios kilómetros alrededor del cráter y cubrieron una superficie de 25 kilómetros cuadrados.

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