Santander en llamas.



En la madrugada del 15 al 16 de febrero del año 1941, la ciudad española de Santander sufrió una importante catástrofe. Santander sufrió el incendio más demoledor de su historia.

Calle Menéndez Núñez (Santander) después del incendio


El elemento desencadenante de la catástrofe fue el fuerte viento de dirección sureste que, desde la tarde del día 15 azotó la ciudad, alcanzando momentos de máxima velocidad los 140 kilómetros por hora, acompañado por una depresión atmosférica de gran intensidad. El incendio se inició en la calle Cádiz (concretamente en el número 5) en las proximidades de los muelles, y avivado por un fuerte viento Sur, las llamas alcanzaron pronto la Catedral que, por estar situada en la zona más alta, se convirtió en un potente foco difusor del fuego hacia las calles próximas.

Catedral en la actualidad.

Despues del incendio.


el incendio se fue extendiendo hacia las calles de La Ribera, San Francisco, Atarazanas, El Puente, La Blanca y la Plaza Vieja. De esta forma se situó sus límites al Norte, en la cuesta de la Atalaya, y la calle de San José, por el Oeste el fuego se cortó antes de alcanzar Isabel II y la calle del Limón, sin llegar a afectar a la sede del Ayuntamiento, por el Sur se extendió hasta la calle Calderón de la Barca, mientras que por el Este el fuego se detuvo en las primera casas del ensanche. Los límites del fuego coinciden casi totalmente con el espacio amurallado de la villa del siglo XVI.

Desaparecieron fundamentalmente edificios de viviendas en gran parte ocupadas por clases populares. El incendio destruyó la mayor parte de la población medieval, el total fueron 37 calles de las más antiguas de la ciudad que ocupaban 14 hectáreas, lo que supuso la desaparición de 400 edificios mayoritariamente destinados a viviendas (2.000 aproximadamente) y comercio.


Imagen de abajo
vista de una parte del casco antiguo despues del incendio.

La zona afectada se caracteriza, además, por constituir el centro de la ciudad, el eje donde estaban emplazados la mayor parte de los establecimientos comerciales del Santander de aquel entonces. Se ha calculado que el incendio destruyó el 90 % de los locales destinados a esta actividad. Hay que tener en cuenta que las calles de La Blanca y San Francisco constituian la base de la vida comercial de la ciudad.


Pese a todo lo dramatico del hecho cabe destacar que el numero de victimas no corresponde con la magnitud de la catastrofe por fortuna solo causó una sola víctima, un bombero madrileño, Julián Sánchez García en labores de extinción que falleció en el hospital de Valdecilla tras una leve recuperación. A pesar de eso el daño material fue inmenso, y miles de familias perdieron sus hogares.


La valoración material de las pérdidas se cifró oficialmente en 85.312.506 pesetas. El número de damnificados ascendió a unas 10.000 personas, lo que, teniendo en cuenta que la población de la ciudad en 1940 era de 101.793 habitantes, supuso que quedasen sin vivienda aproximadamente un 10 % de los santanderinos y un buen porcentaje de ellos perdiese sus negocios y empresas. Cabe destacar que en el año 1941, España estaba en plena posguerra y la situación socio-económica no era muy favorable, por lo que una catástrofe de esta magnitud acrecentó la mala situación por la que pasaba tanto la ciudad como la región.



Fuente de información: Wikipedia.Fotografias:varios sitios.

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