Iñaki Ochoa Del Olza historia y muerte de un montañero:


Iñaki Ochoa de Olza fue el primer español en ascender un ochomil en 24 horas. En la siguiente imagen vemos al pamplonica agotado tras subir el Lhotse en menos de un día.

Iñaki Ochoa de Olza era un montañero de pura raza, de esos que desde su juventud ascienden a las montañas con la ilusión de un niño. Su afición por la escalada le llevó a ser un habitual del Himalaya, donde aprendió nepalí y ejerció de guía de montaña para subir a los picos. Ya fuera con clientes o con expediciones, Ochoa de Olza dedicó gran parte de su vida a la cordillera y conocía el Everest en profundidad.
El español, que había nacido en Pamplona hacía 41 años, colaboraba habitualmente para el Diario de Navarra, publicaciones especializadas como Desnivel y había participado en diversas ocasiones en el programa Al filo de lo Imposible, de RTVE, además de numerosas colaboraciones para agencias y medios internacionales. Instructor de escalada y alpinismo, también se dedicaba a la divulgación con charlas y conferencias con ocasionales actuaciones como fotógrafo. En este sentido, su objetivo era publicar su libro este año tras haber afrontado él mismo los gastos de edición. Cuando volvía a casa disfrutaba de la familia y hasta inició estudios de Filosofía cuando no leía alguno de los más de 600 libros de su biblioteca.

Su último reto era ascender los 14 ochomiles, de los que había escalado 12 principales, además de 2 repeticiones, desde que el 20 de septiembre de 1993 subiera el Cho Oyu por primera vez. No obstante, ya con 22 años se dirigió al Kachenjunja en una primera experiencia que iniciaría su adicción a la montaña y había logrado el récord de ser el primer español en ascender un ochomil en 24 horas. La escalada se convirtió para él en una auténtica pasión que le atraía como las sirenas de la Odisea. Ochoa de Olza se veía reflejado en las palabras de Doug Scott: "atado al mástil como Ulises, buscando esas islas que brillan con luz propia".

Muerte en el Annapurna:
"Que no se asuste nadie; no me he vuelto loco del todo, ni estoy peleado con el mundo, ni tampoco me he asociado con lo más granado del nacionalsocialismo. La lucha de la que hablo hoy, mi desesperado anhelo por pisar la cima del Annapurna, es pacífica y espero que noble, apasionada y también quizás algo rebelde, aunque jamás a cualquier precio".

Así empezaba la última anotación escrita por el montañero Iñaki Ochoa en su blog, pocas horas antes de intentar coronar la cima del Annapurna (8.091 metros). Ocho días después, su sueño le ha costado el mayor de los precios, su propia vida.

El alpinista navarro, que durante cuatro días se debatió entre la vida y la muerte a 7.400 metros de altitud, anhelaba pasar unos minutos "en paz" en la cumbre del Annapurna, la décima cumbre más elevada de la tierra y uno de los 'ochomiles' más peligrosos del Himalaya. "Y después continuar nuestro camino agradecidos"
Ochoa explicaba así la dificultad de la empresa que tenía ante sí. "Grietas, avalanchas, tormentas, broncas con algún compañero... Alguien definió con acierto al Annapurna como la personificación geológica de la angustia. Yo añadiría sin dudarlo el desamparo y la amarga sensación de ser el último habitante de este planeta. Cuando te plantas debajo, descubres que da igual que pises la cima o que no lo hagas, nada va a cambiar en ambos casos".

Según reconocía el alpinista de Pamplona, de 40 años, su deseo por pisar la cumbre era incontrolable. "Esa cima que centellea con rabia sólo mide con exactitud nuestra propia vanidad, nuestra 'impermanencia' irremediable. A veces me gustaría ser libre de mis propios deseos, como un budista cualquiera, y ser feliz sólo contemplando la belleza de lo que me rodea, sin necesidad de escalarla. Pero esta es una montaña fantástica, y yo un hambre débil, y el deseo ha crecido tanto que ya es difícilmente controlable sin amenazas".

En esta foto Iñaki Ochoa, flanqueado por el rumano Horia Colibasanu y el canadiense Don Bowie.
Ochoa llevaba toda su vida preparándose para coronar el Annapurna. Así lo contaba en su blog: "La lid a la que me refiero hace que llevemos casi 30 años preparándonos para cuatro días de escalada, muchos meses de entrenamientos específicos con la mente puesta sólo en una cosa, y también ya más de 70 días en Nepal". Sólo esperaba que las condiciones meteorológicas le permitiesen cumplir su sueño. "Esperamos ansiosos el OK por parte de los meteorólogos suizos que, vil metal mediante (son suizos pero no idiotas), nos ayudan con sus previsiones".

En la misma anotación del 15 de mayo, Ochoa enviaba un mensaje de apoyo a dos amigos. "Mis mejores deseos a Mikel Bidaurre y a su padre, mi amigo Aurelio, que se hallan ahora ante una montaña mucho más difícil que cualquier Annapurna". Y en un 'post' del 8 de mayo agradecía el apoyo de su novia, Nancy.

"Mi novia canadiense, Nancy, está aquí apoyando mi escalado y aguardando pacientemente nuestro retorno del intento de cumbre. Su belleza, bondad, inteligencia y compasión iluminan mis días y me inspiran constantemente. No sé cómo y cuándo se lo podré devolver, así que lo diré ahora: Gracias, mi amor, volveré pronto desde el otro lado de ese océano solitario...".
El 23.05.2008
El montañero navarro Iñaki Ochoa de Olza fallece al no poder superar las graves lesiones sufridas en el descenso del Annapurna. Tras pasar seis noches a 7.400 metros de altura, cuatro de ellas enfermo, semiinconsciente y con edemas cerebrales y pulmonares, el alpinista ha fallecido a las 8.45 horas de la mañana hora española en la pared sur de la montaña nepalí, según han confirmado fuentes de la familia a RTVE.es.

La noticia llegaba a primera hora de la mañana hasta Navarra, donde los amigos y familiares de Iñaki llevan cuatro días moviendo cielo y tierra para tratar de sacarle de la montaña. "No ha podido aguantar. Las noticias de ayer por la noche no eran buenas, pero aún teníamos la esperanza de que resistiera una noche más. La ayuda estaba en camino, Urubko estaba a solo tres horas de la tienda de Iñaki, y llevaba oxígeno que le podía haber ayudado. Pero no ha podido ser", explicaba su amigo y compañero Jorge Nagore, uno de los que desde hace cuatro días organiza las labores de rescate desde Navarra.
fotografia de Iñaki Ochoa, en el campo base, antes de emprender la ascensión al Annapurna
Espectacular operación de rescate

Porque el operativo montado para tratar de bajar vivo a Iñaki ha sido uno de los más espectaculares jamás visto en el Himalaya, aunque al final ha resultado ser infructuoso. Desde el primer momento el rumano Horia Colibasanu, compañero de expedición de Iñaki, permaneció en la tienda junto al navarro abrigándole e hidratándole a la espera de ayuda. Ésta llegó de la mano del suizo Ueli Steck, que ayer por la mañana logró, en un tiempo record, llegar hasta la altura donde estaba Iñaki para suministrarle medicamentos para tratar el edema que sufría.

Mientras, desde España y desde Katmandú se organizaban más expediciones de rescate. Iñaki, sumamente afectado por la altura -que empezó provocándole congelaciones, luego convulsiones, tos, dificultad respiratoria y finalmente un fallo multiorgánico- necesitaba descender y hacían falta muchas manos para bajarle de allí. La ayuda estaba en camino, y a punto de llegar, cuando al navarro le dejó de latir el corazón.

Ueli, a su lado en la tienda, trató de hacerle un masaje cardíaco durante más de 15 minutos, pero los intentos de reanimación fueron en vano. La situación de Iñaki había empeorado en las últimas horas, con un edema pulmonar que le probvocaba dificultad respiratoria, que sumada al edema cerebral, la deshidratación y las congelaciones acabó con su vida.

La punta de lanza del operativo de rescate era el kazajo Dennis Urubko, que estaba realizando un ascenso ultrarápido hasta el campo IX llevando oxígeno para Iñaki. Algo más abajo estaban subiendo el canadiense Dennis Bowie y otro montañero polaco, que subían una cámara hiperbárica para que el navarro recibiera tratamiento inmediato. Y desde Pokhara, en Nepal, acababa de despegar un helicóptero cargado de montañeros que se habían ofrecido voluntarios en las últimas horas para dejar sus planes -billetes de avión de vuelta a casa, expediciones propias...- para ir al rescate de Iñaki. "No sabemos cómo agradecérselo", dice Nagore emocionado. "Se han jugado el bigote por ayudarnos a salvar a Iñaki, y se han quedado ahí, a un pasito de él. No sabemos si hubiera reaccionado con el oxígeno y la cámara, porque tampoco estaba reaccionando a la medicación y llevaba ya muchos días a esa altura. Pero estaban dejándose la piel por sacarle de ahí".
Enterrado en el hielo

La familia y los amigos de Iñaki sólo tienen palabras de agradecimiento para todos los que han intentado colaborar, cada uno a su manera. "Algunos de los que han subido eran amigos de Iñaki, otros no le conocían, pero todos se han jugado la vida por él, y eso no se puede olvidar nunca", explica. Ahora, la principal prioridad de todos los organizadores del rescate es que todos y cada uno de ellos puedan volver lo antes posible a la relativa seguridad del campo base. "El tiempo está empeorando, todos llevan mucho tiempo ahí arriba y no queremos poner a nadie en peligro".

Probablemente será el propio Ueli, compañero de Iñaki en sus últimas horas de vida, quien entierre al navarro en el hielo en el mismo sitio donde ha fallecido y emprenda rápidamente el descenso. "Quizá Urubko siga subiendo para acompañar a Ueli en estos duros momentos y luego bajar los dos, pero lo que queremos es que bajen todos ya", dicen desde Navarra.

Caballo loco la escultura mas grande de la historia:


Korczak Ziolkowski comenzó a esculpir la cabeza de Caballo Loco hace 50 años.

Crazy Horse memorial sculpture, la que va a ser la escultura más grande del mundo, en Black Hills, Dakota del Sur, USA...

medirá 195 m. de largo por 172 m. de alto, la cabeza del caballo medirá 27 m.


El perfil ceñudo de Caballo Loco se adivina desde lejos, encaramado a aquella mole de roca que cabalga con brío sobre el verde mar de las Colinas Negras. Su rostro gigante, perfectamente pulido sobre el granito, es tan alto como un edificio de nueve pisos. Su brazo extendido, apuntando al infinito, abarca lo que un campo de fútbol. Aunque lo más arduo será dar forma al caballo, dibujado antes de morir por Korczak Ziolkowski, el artista que quiso dedicar al gran jefe indio la estatua más colosal sobre la faz de la Tierra.

Hasta 50 años han hecho falta para morder ocho millones de toneladas de piedra a la montaña, y pasará otro medio siglo hasta que veamos completo el sueño de Korczak, en el que siguen trabajando su mujer, Ruth, y siete de sus 10 hijos.

En el impresionante monumento a Caballo Loco se dan la mano dos leyendas, la del gran jefe sioux y la del propio Korczak Ziolkowski, que llegó a estas tierras mágicas arrastrado por una especie de sortilegio. Korczak, hijo de inmigrantes polacos, comenzaba a descollar en el mundillo artístico de Nueva York, años 30, cuando recibió un inesperada llamada de los sioux lakota. El gran jefe Henry Oso Erguido deseaba comentarle una idea: dedicar una estatua gigantesca al más ilustre de sus ancestros, Caballo Loco.
Imagen de Korczak Ziolkowski con su maqueta:



«Quiero que el hombre blanco sepa que los pieles rojas también tenemos nuestros héroes», le dijo Oso Erguido, que lo puso al corriente de las grandes hazañas de Caballo Loco, del histórico repaso que le hizo al general Custer en la batalla Little Big Horn (1876), de las resonancias míticas de su nombre, símbolo mismo de la resistencia india hasta que fue capturado y asesinado, cobardemente por la espalda, en un campamento de Nebraska.

Korczak escuchó hechizado la historia, y pidió algo de tiempo. Se alistó como voluntario durante la Segunda Guerra Mundial. Nada más volver a Norteamérica sintió la llamada de Caballo Loco y supo que ese sería el proyecto de su vida.

Korczak rumiaba ya la idea de hacer algo distinto a los bustos egregios del Monte Rushmore, algo imponente y desafiante, que superara en altura al famoso monolito de Washington. El escultor hizo un boceto que llegó al alma a los sioux: Caballo Loco, a lomos de su corcel y apuntando con el brazo izquierdo «a las tierras donde yacen» sus muertos.

El primer año lo dedica Korczak a colonizar su montaña con el mismo espíritu de los buscadores de oro del lejano Oeste. Su casa será una pequeña tienda de campaña, y día tras día trabaja infatigable en la construcción de una escalera de madera de 741 peldaños para llegar a la cima.

En mayo del 48 llega por fin la primera explosión, que hace saltar por los aires 10 toneladas de granito. Por aquel entonces se une a la tarea titánica su mujer, Ruth, y juntos deciden echar raíces a los pies de Caballo Loco.

Despacio, aunque seguro, Korczak va ganándole la batalla a la montaña a golpe de dinamita. Subsiste a base de donaciones y rechaza una millonaria subvención del Estado, porque no quiere que los federales se apropien de su proyecto y traicionen la causa india.

Muchos lo tachan entonces de loco y lo comparan con el capitán Achab, a la caza de la ballena blanca.

Pero el escultor, que va adquiriendo un aspecto de genio alucinado, persiste en su labor y embarca en la aventura a sus hijos, 10 en total. «Si empezáis algo en vuestras vida, haced lo posible por acabarlo», es el lema que les inyecta en la sangre. En vez de apagar velas, los niños celebran sus cumpleaños con detonaciones.


De todos los hijos, hay uno que sale especialmente díscolo, Casimir. A los 16 años, sentado en el borde de lo que será algún día el dedo de Caballo Loco (entonces había que echarle muchísima imaginación), Casimir proclama: «¡Esto es una locura!», y decide dejar atrás el delirio de piedra de su padre.

Al cabo de los años vuelve, y siente el mismo y misterioso tam-tam de las Colinas Negras, y su destreza con los explosivos lo convertirán en digno sucesor de Korczak, herido ya de muerte por su amor a la montaña: decenas de huesos rotos, cuatro operaciones de espalda, artritis crónica, dos ataques al corazón...

Antes de morir, en 1982, aún tiene energías para ayudar a sus hijos a dibujar sobre la roca la silueta del caballo. Su mujer, Ruth, recoge en mano el testigo y se compromete a seguir sus designios: «Nunca olvides tus sueños».
Si algo ha heredado Ruth Ziolkowski de su marido, aparte de su campechana sonrisa, es la tenacidad a prueba de dinamita. «Tras la muerte de Korczak, muchos pensaron que desistiríamos», confiesa. «Por eso necesitábamos demostrar al mundo que la leyenda seguía viva, y se nos ocurrió que lo mejor era centrarnos durante algunos años en la cabeza de Caballo Loco, para tenerla lista para el 50º aniversario».

Las voladuras controladas, calculadas casi al milímetro, comenzaron en lo más alto de la montaña a primeros de los 90. Un equipo de alpinistas, adiestrados en el manejo de los martillos neumáticos y las antorchas, comenzó a pulir la frente y a descender hacia las cejas.

En el verano del 91, Caballo Loco abrió por primera vez los ojos (de dos metros de alto por seis de ancho cada uno). En la primavera del 94 emergió prominente la nariz. Dos explosiones simétricas sirvieron para perfilar los pómulos meses después. Y del 96 al 98 se trabajaron los labios y el mentón.

La inauguración

Una última mano de fuego purificador para barnizar de rosa el granito, y la cabeza estaba lista para la grandiosa inauguración. Fue el 2 de junio de este año, con la familia Ziolkowski al completo y unos 500 peregrinos que se apuntaron a la escalada hasta la cima (el monumento sólo puede contemplarse desde la base de la montaña y a cierta distancia, por el riesgo de deprendimientos).


Un día después, una simbólica explosión -50 veces más potente que la originaria- sirvió para celebrar el 50º aniversario del inicio de las obras, y lo que aún queda...

«No me cabe la menor duda de que el sueño continuará adelante», afirma Ruth, a sus incombustibles 72 años. «Ahora empezaremos con el caballo, y puede que nos lleve una o dos generaciones acabarlo. Tal vez sean los nietos de mis 23 nietos quienes culminen finalmente el sueño de Korczak, quién sabe. Y después de acabar la estatua, tenemos el proyecto de una universidad, y de una escuela médica, y de un museo hecho por y para los indios».

Ruth preside con temple la Fundación Caballo Loco, en la que trabajan siete de sus 10 hijos. Casimir dirige las obras. Adam mantiene los accesos y se encarga de la carpintería. Dawn coordina el centro de visitantes. Mark se encarga de la explotación maderera. Anne es la responsable del museo indio. Jadwiga organiza las actividades especiales.

El monumento a Caballo Loco rivaliza ya con el de los presidentes, en el Monte Rushmore, y atrae todos los años a más de un millón de visitantes. Para llegar hasta él, paradojas de los mapas, no hay más remedio que orientarse buscando el pueblo dedicado a su encarnizado enemigo, el general Custer




Evolucion del rostro:





Maqueta de como se vera terminada:


Varias fotos mas:

Caballo loco el gran jefe indio:


Si hay un nativo Americano que dejo por su pueblo hasta la ultima gota de su sangre ese es Caballo loco, sepamos un poco mas de el:
"...Todo el mundo le amaba. Sus ojos atravesaban las cosas.
Cuando el pueblo se dolía de hambre, dejaba de comer…

No pudieron matarle en el campo de batalla. No tendría algo más de treinta años cuando murió."
Muchos mitos se han tejido de los aborígenes del norte americano, en casi todos, la mano tramposa del conquistador europeo lo ha vilipendiado como gente vengativa, traidora, nada fácil de "atraer" a la cultura occidental. La nación sioux estaba compuesta de muchos pueblos nómadas, que diseminados por las grandes praderas, tenían por costumbre singular, seguir la ruta de los búfalos que atravesaban de norte a sur el territorio estadounidense. Inmensas planicies, si acotamos que en su interior, en la mencionada ruta, cabe cómodamente Venezuela. Estos aborígenes, eran por naturaleza guerreros entre sí, pero hasta un cierto punto. Al contrario del carácter sanguinario con que lo han pregonado los filmes de Hollywood, cuando peleaban, era más el ritual que la lucha en sí, y entre algunas familias, hasta se elegían los contendores. Raras veces en alguna batalla tribal, los muertos pasaban de 10, y, si era muy importante el caído, se lo recogía y se retiraba el contendor en señal de derrota, por el designio de Wakantanka, máximo dios de todos ellos
Tashunka Witco (en lengua oglala), nació al este de Paha Sapa, en las Colinas Negras de Dakota del Sur, en 1845. Hijo de un hombre de medicina del mismo nombre. Apenas datos aislados, llenan la vida de quien fuera un hombre de extrema humildad, que se dedicó por entero a la obediencia de un sueño que de adolescente, marcó el resto de sus días. Un Gran Espíritu le ordenó no usar nunca los tocados de jefe, que no se pintara como tampoco a su caballo, sólo un baño de tierra antes de un combate; que sólo una pluma lo distinguiera, que siempre fuera el primero en el combate, que nunca obtuviera trofeos de ellos como cabelleras, pero, por otro lado, que nunca abandonara a los más débiles de los pueblos donde llegara. Al cumplimiento de estas órdenes, sería favorecido con la protección divina: Ninguna bala o sable lo tocaría.

La suya fue una vida solitaria, escurridiza, excepto al final, jamás entabló diálogo con el hombre blanco. Habitó en muchas ocasiones en cuevas en las que pernoctaba. Siempre repartía regalos de pieles y carne seca a los más desposeídos de los pueblos que visitaba. Era un Caballo Loco, que nadie domaba.
La guerra lo marcó desde niño. Presenció el famoso incidente que proporcionara una vaca de una migración mormona, que, perdida, fue cazada por un sioux. El comandante del Fuerte Laramie quiso apresar al victimario y, en lo posible, humillar al pueblo de Oso Conquistador, a quien de un disparo de artillería, hirieron de muerte. Los guerreros tomaron represalia y mataron a 30 hombres, comandante incluido, John Grattan (17/08/1854). El hecho desencadenó actividades genocidas como represalia y varios pacíficos pueblos cheyennes y brulés fueron masacrados (Cañada de Arena, Washita, Agua Azul) a pesar de los tratados que se firmaban.

Por suerte Caballo Loco estaba ausente (Agua Azul), pero cuando llegó, no dio crédito a lo que vio, todo el pueblo muerto en cuestión de minutos, dejándolo impresionado el poder de alevosía del conquistador blanco.

En un encuentro con los Pawnees, donde saliera victorioso, se cargó con dos cabelleras y antes de que pudiera montar, fue herido de un flechazo en la pierna. Su amigo Bulto que conocía de su sueño, le obligó a tirar las cabelleras, y le salvó la vida.

A los 20 años ya era muy conocido entre los suyos por su coraje en la ofensiva. Ayudó como pocos a Nube Roja en su guerra victoriosa contra la brigada de Fetterman (1865-1868) y por su papel clave en la destrucción del Fuerte Phil Kearny en 1867.

Peleó para impedir la invasión estadounidense en las tierras lakota que siguieron al tratado mentiroso de Fuerte Laramie en 1868, y contra hombres enviados por Custer a las Colinas Negras en 1873, una vez que se descubriera oro en el corazón del territorio sioux. Con el tratado de Fuerte Laramie de 1868, Nube Roja acordó engañado su traslado a las tierras de la reserva. Caballo Loco supo que el objeto de las reservaciones era desaparecer por completo la cultura aborigen de su pueblo, al prohibirles la caza del animal sagrado, el búfalo. Cuando el Departamento de Guerra ordenó que todos los Lakotas se agruparan en sus reservas en 1876, Caballo Loco se convirtió en un líder de la resistencia. Ya estaba aliado con los cheyennes por su matrimonio con una franco-cheyenne Nelly Larrabee y pudo reunir a más de 1200 seguidores oglalas y cheyennes que atacaron al comandante Crook el 17 de junio de 1876, en la batalla de Rosebud, al sur de las montañas Bighorn. Sin dar descanso a los suyos, después de esta victoria, Caballo Loco voló con los suyos y unió sus fuerzas a las de los hungpapas al mando de Toro Sentado, y a las del gran jefe Gall.

El 25 de junio de 1876, se dio la batalla al lado del río Little Bighorn, en la que Caballo Loco condujo el ataque victorioso sobre el 7º Regimiento de Caballería que dirigía el propio Custer; lo rodeó desde el norte y oeste, mientras guerreros del jefe Gall divertían desde el sur y oeste. Solo un caballo del regimiento sobrevivió.

Tras la victoria de Little Bighorn, Toro Sentado y el jefe Gall se retiraron a Canadá, pero Caballo Loco permaneció en el suyo. El gran pueblo que le seguía sufrió mucha hambre ese invierno y ya en mayo de 1877 tuvo que entregarse porque no podía ver caer muerto a los que conducía. La presencia de Caballo Loco provocó mucha envidia en los suyos porque era el único jefe que no estaba con ellos por rendición o por pacto, como también por el carisma que despertó en muchos blancos que venían expresamente a visitarlo. Había pedido ver al Presidente, pero condicionando que iría con todo el pueblo que mandaba, así como se le permitiera matar los búfalos que fuesen necesarios hasta Washington. No se le permitió.

El 5 de septiembre de 1877, hizo resistencia entre los suyos mientras era conducido al calabozo, y en el forcejeo, un soldado le clavó su bayoneta. La acción así como fue de rápida, enmudeció a los presentes. Al enterarlo al pueblo agolpado afuera, lloraron toda esa noche y las dos subsiguientes. Sus padres lo llevaron y enterraron en secreto. No tenía más de 32 años de edad, el hombre de más recia voluntad que aún guardaba Wakantanka para resguardo de sus hijos.
Nota: las fotografias aqui representadas no se puede asegurar con certeza que pertenezcan a caballo loco ya que se dice que nunca se dejo fotografiar.

LOS VIKINGOS Y SU HISTORIA TAMBIEN EN ESPAÑA



Vikingo es el nombre dado a los miembros de un grupo étnico, originario de Escandinavia, de los países nórdicos que vivió entre los años 789 y 1100d.c.Fueron un pueblo de origen germánico que se estableció en la península Escandinava hacia el año 2000 A.C.

Sus ataques y su aparición en la escena política europea comenzaron con el saqueo del monasterio de Lindisfarne (793) en el norte de Gran Bretaña, al que pronto siguieron ataques a otros monasterios. Los anales y crónicas de los dos siglos siguientes están repletos de relatos aterradores. En grupos más o menos numerosos, los vikingos atacaron con sus barcos las costas europeas, remontaron los ríos de Francia, Alemania y Rusia, conquistaron gran parte del territorio de los pueblos eslavos de la antigua Rusia, las islas británicas Irlanda e Inglaterra y asolaron el Mediterráneo.

Su actuar violento aterrorizó a las antiguas comunidades que, aunque acostumbradas a la guerra, no tenían forma de prever cuándo habría una incursión. Estos ataques influyeron de forma indirecta en la creación de un período de inestabilidad que favoreció la descentralización política del feudalismo.

Durante los siglos siguientes, los vikingos tuvieron gran influencia en la historia europea: en las Islas Británicas gobernaron durante muchos años hasta ser finalmente conquistadas por los normandos, descendientes de vikingos. En Rusia contribuyeron a la formación del estado ruso. En Francia terminaron recibiendo como feudo la región de Normandía. En Italia fundaron el reino normando de Sicilia e incluso llegaron a influir con sus incursiones en el Califato de Córdoba y el Imperio Bizantino.

La Era Vikinga se suele dar por terminada con el último reducto hostil que representaba el rey Harald III "el despiadado", el cual murió en la batalla del puente Stamford en el año 1066 cuando intentaba tomar posesión del territorio de Inglaterra.

Pertenecían étnicamente a la familia de los pueblos germanos y su lengua y cultura eran germánicas, como las de todos los pueblos escandinavos. Los primeros monjes cristianos germanos asociaron a su pueblo al hijo mayor de Noé llamado en la biblia Gomer o cimerios. Esta comunidad lingüística y cultural de toda el área escandinava ha de tenerse en cuenta a la hora de profundizar en el conocimiento del espíritu que llevaban estos pueblos.

Estos pueblos, al igual que los griegos, habitaban una geografía muy segmentada que - junto al clima y los animales carnívoros - hacía muy difícil la comunicación por tierra, lo que les obligó a navegar. El mar se convertiría en su principal medio de comunicación.

Pueden distinguirse tres grupos de vikingos:

Daneses: al principio tenían una organización militar muy fuerte, realizaron incursiones piratas rápidas, cuyo único fin era el botín. Era también el pueblo más numeroso de los tres. Habitaban en las penínsulas de Jutlandia y Escania, aparte de las islas que separan al mar Báltico del mar del Norte entre ambas penínsulas. Esto les daba una gran ventaja estratégica que les permitía dominar las rutas de comercio, al igual que Constantinopla.
En Dinamarca se han hallado restos de fortificaciones, de fines del período de apogeo vikingo, donde podía concentrarse gran número de tropas. Las fortificaciones tienen forma circular y están divididas en cuatro cuadrantes, con edificios en cuadro en cada uno de ellos. Los recintos fortificados están concebidos con una precisión que atestigua gran sentido del sistema y del orden por parte de los jefes vikingos, y también que, en el séquito del rey danés, había gente con profundos conocimientos de geometría. Un ejemplo de este tipo de asentamientos es la antigua Haithabu.
Noruegos: empezaron surcando los mares y ríos con fines pacíficos, que posteriormente cambiarían por incursiones a mayor escala que las de los daneses, con fines de conquista. Se les conocía por ser muy buenos navegantes y fue también en Noruega donde se conservó mejor la tradición naval.
Cabe señalar que los noruegos controlaron el mar del Norte, recorrieron el océano Atlántico y llegaron incluso a competir con la influencia árabe del mar Mediterráneo, surcando grandes ríos al igual que los suecos. Los noruegos colonizaron Islandia, Groenlandia y Vinlandia.
Suecos: realizaron grandes viajes a través de los mares entre los siglos VIII y XI. Recorrieron toda la Europa septentrional y meridional, fundando la nueva nación que hoy se conoce como Rusia. Se piensa que pueden haber llegado incluso a tierras budistas, pues entre algunos tesoros vikingos enterrados en Suecia se han encontrado una estatua de Buda y objetos del Lejano Oriente.

Sus ataques y su aparición en la escena política europea comenzaron con el saqueo del monasterio de Lindisfarne en 793. Los monasterios, que acumulaban amplias posesiones, alimentos y cobijo, son objetivo de sus siguientes ataques, que se producen con gran facilidad y rapidez (al fin y al cabo, los monjes no podían defenderse). En 794, son saqueados el monasterio de la isla escocesa de Iona, los monasterios de Jarrow y Monkwearmouth en la costa inglesa y el monasterio de Inishboffin en Irlanda. Dichos ataques se repetirían en los años siguientes, azotando la zona. No obstante, hay que tener en cuenta que la mayoría de fuentes de esa época fueron redactadas por los pueblos atacados, por lo que es posible que muchos de los datos estén exagerados. De hecho, los ataques fueron vistos en muchos casos como herejías por los monjes de los monasterios, ya que suponían un ataque directo a Dios.

En 799, los vikingos se empiezan a aventurar lejos de esa zona y arriban por primera vez a la costa francesa en Bretaña. El estuario del Loira y las islas de la región fueron víctimas de las razias vikingas. En el 820, ya una flota de 13 navíos ataca por el Sena. En 834 se tienen noticias de sus primeros ataques a los Países Bajos.

En las Islas Británicas y el Canal de la Mancha, el paso del tiempo sólo incrementó el número de ataques, su fuerza y su alcance. En 840, se tiene constancia de su primer campamento invernal en Irlanda, donde, para protegerse de los daneses, los jefes locales se alían con los noruegos, que desde 853 pasan a controlar Irlanda. En 850, invernan también en Inglaterra, donde fundan en 866 un asentamiento permanente en York y conquistan una amplia porción del país. Al sur, también empeoran las cosas: en 845 se produce el primer ataque a París y en 847 a Burdeos.

La primera expedición vikinga al Mediterráneo data de 844, cuando queman Sevilla. En el 858, una expedición de más de 62 barcos saquea las costas del Levante ibérico y la Toscana italiana. A partir de esa época, comienzan a remontar ríos, siendo rechazados en 863 frente a Colonia, aunque obteniendo éxito en otras incursiones por Alemania y Francia. Al oeste, remontan el Volga por Rusia, apoderándose en 861 de Nóvgorod y en 863 de Kiev. En el 865, una primera expedición sin éxito trata de llegar a Constantinopla.

En 878, el rey de Wessex Alfredo I el Grande venga los múltiples saqueos de Inglaterra y logra derrotar a un ejército danés, garantizando la independencia de su tierra, aunque tiene que reconocer el dominio de éstos sobre la otra mitad de Inglaterra. La guerra no tardaría en reanudarse, pero desde entonces los vikingos llevan la peor parte. En 885 su ataque más afamado a París sólo se evita con el pago de un rescate y el permiso para saquear las tierras durante su camino de vuelta. Pero en 888, Alain de Bretaña logra derrotarlos también. El comienzo del siglo X en Europa Occidental marca el fin de sus grandes éxitos. En 911, se rechaza el último ataque a la desembocadura del Sena, y en 931 son expulsados de sus bases en el Loira. La década siguiente ve sus últimos ataques a Bretaña.

En Oriente su esplendor duraría más, y a lo largo del siglo X, varias expediciones tienen éxito en sus ataques por el Mar Negro y el Caspio. Los comienzos del siglo XI verían un último reaparecer cuando en 1014 se reinstaura el dominio vikingo de Inglaterra y con el vikingo Canuto. Este renacer se considera definitivamente terminado cuando el rey Harald III "el despiadado" muere en la batalla de Stamford Bridge en 1066, durante conflictos dinásticos en Inglaterra.

La Era Vikinga termina en 1100 cuando Suecia se convierte al cristianismo.Ese mismo año acaban las incirsiones vikingas.

Aun así, los descendientes de los vikingos lograron consolidarse en el ámbito europeo y fundaron el primer reino ruso en Kiev. Los normandos, vikingos asentados en Francia, salieron de Normandía y subieron a los tronos del reino de Jerusalén, Inglaterra, Sicilia, Nápoles y del Imperio Latino.

EN ESPAÑA:
En el 840, un número indeterminado de naves bordearon la costa castellana, asturiana y gallega hasta llegar a la actual Torre de Hércules (su gran tamaño debió parecerles importante) y saquearon la pequeña aldea emplazada a sus pies. Ordoño I tuvo noticias de la expedición y convocó a su ejército para hacer frente a la incursión, derrotando a los vikingos y recuperando buena parte del botín. Hundió, asimismo, entre sesenta y setenta de sus naves, lo que no debió ser una gran victoria, como demuestra el hecho de que siguieron su campaña de saqueos. En Lisboa los cronistas hablan de una escuadra compuesta por 53 bajeles.[2]

En el año 844 otra expedición normanda arrasa la ciudad de Gijón y sigue la costa atlántica hasta llegar a Lisboa y atacarla. Después tomaron Cádiz y subieron de nuevo por el Guadalquivir, saqueando minuciosamente Sevilla durante 7 días desde la que lanzaron avanzadillas a pie. Sin embargo, cuando Abd Rahman II salió con sus hombres y tras algunas batallas los vikingos vieron que no podían con la fuerza andalusí, aquellos huyeron, abandonando Sevilla y a muchos rezagados, quienes se rindieron a las fuerzas del emir y terminaron, o bien criando caballos y haciendo queso, o bien con el viejo castigo para la piratería: ahorcados, en este caso de las palmeras de Tablada.[2]

Durante el reinado de Alfonso III de Asturias, los vikingos llegaron a cortar las comunicaciones navales con el resto de Europa. El historiador e hispanista Richard Fletcher[3] menciona al menos dos incursiones reseñables en Galicia en 844 y 858, y dice:

Alfonso III estaba lo bastante preocupado por la amenaza de los vikingos como para establecer puestos fortificados en la costa, como hacían otros reyes.


En el 858 los normandos suben por el Ebro desde Tortosa, lo remontan hasta el reino de Navarra, dejando atrás las inexpugnables ciudades de Zaragoza y Tudela, suben luego por su afluente, el río Aragón hasta encontrarse con el río Arga, el cual también remontan, llegan hasta Pamplona y la saquean, raptando al rey navarro. Una expedición similar ataca Orihuela desde el Segura. En el 859, los vikingos llegan de nuevo a Pamplona y secuestran al nuevo rey García I Iñíguez.

Como consecuencia de estos ataques, en 859 se intentó detenerlos de nuevo. Se amplió el puerto de Sevilla y se aumentó la flota de vigilancia marítima bajo Abderramán III y Alhakén II. Abderramán II ante las incursiones normandas construye los Ribat, fortalezas en las desembocaduras fluviales, entre ellas las denominadas hoy en día San Carlos de la Rápita en Tarragona, La Rábida en el río Tinto de Huelva; La Rábita en Granada, entre las desembocaduras del río Grande y el Guadalfeo, etc.

En 968 el Obispo Sisnando de Santiago de Compostela fue asesinado y el monasterio de Curtis saqueado, teniendo que tomarse medidas para defender la ciudad interior de Lugo. El saqueo de Tuy en el siglo XI dejaría el cargo episcopal de la ciudad vacío por medio siglo. La captura y secuestro de rehenes para pedir un rescate también fue práctica común: Fletcher menciona el pago de Amarelo Mestáliz para garantizar la seguridad de su tierra y rescatar a sus hijas, capturadas en 1015. El obispo Cresconio de Compostela (1036–66) repelió un ataque vikingo más y construyó las Torres del Oeste (Catoira) como fortaleza naval para proteger Compostela. Póvoa de Varzim, en el norte de Portugal, fue colonizada por los vikingos. Lisboa también sufrió ataques de importancia.

Más contundente fue el conde Gonzalo Sancho, quien terminó con toda la flota de Gunrod de Noruega (Gunderedo en español); el conde Sancho capturó y pasó a cuchillo a toda la tripulación y su rey.[2]

No se sabe con certeza la causa o causas que terminaron con los ataques vikingos. Algunos autores opinan que la aceptación de la fe cristiana hacia el año 1000 por la mayoría de ellos, los atenuó en su deseo de atacar a sus correligionarios. También se apunta a que las incursiones sólo constituían una moda y que terminaron cuando ya no fueron novedad. De cualquier modo, los reinos nórdicos deseaban cada vez más abrirse al resto de Europa y comerciar con ellos en lugar de invadirlos. Como ejemplo está el caso del rey castellano Alfonso X El Sabio que casó a su hermano Fernando con la princesa Cristina de Noruega el 31 de marzo de 1252, porque dicho matrimonio era conveniente tanto para Alfonso X como para Haakon IV.[4]


El estereotipo vikingo en el imaginario popular, los vikingos han creado un estereotipo usualmente aplicado para describir a los escandinavos. Se trata de personas rubias o pelirrojas, de gran altura y piel y ojos claros. A sus antepasados de la Era vikinga se los suele representar como bárbaros, sedientos de sangre y típicamente llevando cascos con cuernos, cascos nada prácticos en su estilo de lucha y de los que no hay constancia de uso vikingos, que parecen ser una invención durante su idealización romántica.

Sobre su altura, cabe reseñar que Ahmad ibn Fadlan, cronista y viajero musulmán, y diversas fuentes los mencionan como gente de gran estatura. Aunque estudios modernos sobre restos arqueológicos han dado un tamaño normal para personas actuales (1,68-1,76), cabe destacar que, en las condiciones de carestía alimenticia y numerosas enfermedades de la época, debe de haber sido una estatura excepcional, y que probablemente hubiera sido superior con nuestro nivel de vida.

Su tópico como seres sanguinarios, bárbaros y paganos se debe a las crónicas y registros de la época, de autores como Adam de Bremen y Alcuino de York, que los suelen representar como un castigo divino por los pecados del mundo medieval. Así, redundan excesivamente en el componente pagano, aparte de la subjetividad ya existente (cabe recordar que en la mayoría de los casos son relatos de los pueblos víctimas de los ataques vikingos).[5] Para la época que vivieron, donde acontecimientos como la matanza de 4.500 sajones por Carlomagno no eran consideradas como atrocidades, no fueron especialmente brutales. Y la historieta cómica de Dik Browne Olafo el vikingo (Olafo el Amargado o Agar the Horrible en inglés) pone de relevancia las contradicciones presentes en los estereotipos de los vikingos, aunque la óptica del humor tiende un velo de simpatía hacia los personajes de la misma.
Fuente:Resumen de wikipedia y fotos seleccionadas de otros sitios.

STRADIVARIUS LA LEYENDA:


Se dice de los Stradivarius –los violines más famosos y prestigiosos del mundo- que su sonido puede escucharse desde otra habitación con más volumen que desde donde se ejecuta. Que su sonido penetra en las grietas y pasea por el barrio, que su resonancia es infinita, que las melodías que salen de su caja no se pierden sino que se elevan hasta el cielo y quien pudiera llegar allí podría escuchar un enjambre de sonidos demoníacos.

Nicola Amati tenía mucho trabajo, en el norte de Italia las termitas acababan con cientos de violines, algunos de ellos quedaban inutilizables. Inclusive llegaron a acusarlo de ser él mismo quien criara tal insecto para repartirlo por las noches en las casas de distintos violinistas de la zona. Éste era un rumor desesperado, Amati jamás hubiera hecho tal cosa, Amati amaba al instrumento, amaba sus violas y sus violoncellos.

Cuando Antonio, aún muy joven, se independizó de su maestro y le dedicó sus primeros violines (en la tapa interna podía leerse: “Antonio Stradivarius Cremonencis alumnus Nicola Amati faciebat ano 1666”), no eran nada que pudiera considerarse maravilloso, sin embargo con el tiempo consiguió perfeccionar su técnica y comenzó a tener su grupo de adeptos. Aún así, ninguno de esos instrumentos pertenecían a su producción más famosa; aún no había surgido el mito.


La historia

Todo comenzó un día en el que, cansado, había terminado su modelo más logrado y había sido concebido con la mejor madera que había visto en su vida, fue el que más tiempo le había llevado; tiempo de estacionamiento, tiempo de remojo, tiempo de secado, tiempo de afinación, tiempo de asentamiento; le tomó más de un año dejar el violín en el punto que él consideraba justo. Aquel día se pasó buena parte de la tarde tocando, se había dejado llevar por algunas melodías populares y acabó con unas melodías melancólicas que hacían gala de su propia melancolía. No sé por qué acontece pero acontece que, después de un logro, al ser humano le invade un vaho de tristeza. Llora, se siente triste, su garganta lo aprisiona. Antonio bebía y tocaba, tocaba y bebía, festejaba, lloraba, y el destino quiso que acabara dormido en el piso de un patio interno de su casa, patio que con mucha vegetación no demoró en avisar a las termitas que su tesoro invalorable estaba nada menos que en la barriga de un Antonio Stradivarius dormido tanto cuanto sus lágrimas secas que aún dejaban algún brillo en parte de su rostro; las hormigas subían por la manga de su camisa, consiguieron hacer una trilla negra, concurrida, desesperada, de ida y de vuelta al violín, cuando alguna campana de alguna Iglesia del norte de Italia anunció las seis de la mañana, Antonio abrió los ojos, la ciudad de termitas estaba dispersa por su cuerpo, su violín estaba bastante estropeado.

Su odio lo transformó. Luego de días de inmovilidad, decidió que dedicaría su vida a alejar a esos monstruos terribles de sus creaciones. Comenzó utilizando bórax en la mezcla con el barniz, barnizó una de sus maderas y la dejó en el patio. Al otro día vio que el bórax sólo mataba a las termitas, no las conseguía ahuyentar sin antes sacrificar sus vetas con algunos bichos muertos. Sin embargo descubrió que a largo plazo podría ser de utilidad ya que no sólo servía como veneno de termitas, sino que acababa endureciendo a la madera. También percibió que a la intemperie, la madera había criado algunos hongos, que a pesar de ser muy pequeños por el poco tiempo de exposición, perjudicaba su sonoridad. A partir de esto, decidió agregar al barniz resina gomosa de árboles frutales, sabía que este elemento era un fungicida muy efectivo. Aún así, no había solucionado el asedio de los bichos.

Serán termitas. Pero no comen vidrio.

Ante varios intentos frustrados Stradivarius se emborrachó. Hablaba con las termitas, les preguntaba cosas, les contaba historias, les explicaba su pasión. En un momento de odio, tomó su botella de aguardiente y la arrojó con fuerza hacia la madera que estaba siendo devorada por sus archienemigas, el vidrio, triturado sobre la madera, las había ahuyentado. Este fue el último elemento que empleó, el que iría a cambiar la historia de los violines en el mundo. Mezcló vidrio triturado, muy fino, en su barniz. En su intento posterior, cuando dejó la madera en el patio, comprobó al otro día que no había sido invadida por termitas ni por humedad, ni por hongos, que se conservaba fuerte y dura como cuando la había dejado ahí.

Lo que no había percibido, es que no sólo acabó con el flagelo de los predadores, sino que toda esa mixtura de elementos daba una sonoridad e integridad única al instrumento, esa sonoridad e integridad única que se comenta hasta hoy, trescientos años después.


fUENTE:Gattaca
En este video podeis escucharlo ella es Janine Jansen una de las mejores violinistas del mundo una asociacion le regalo un stradivarius.

Cinderella man. La historia de un heroe:

A los que han visto la pelicula con el titulo de arriba se dice todo pero conozcamos unpoco mas a Jim Braddock.


Cartel anunciador de una de sus peleas.

James Walter Braddock (7 de junio de 1905 - 29 de noviembre de 1974) fue un boxeador campeón del mundo. Peleando con el nombre de James J. Braddock su habilidad para ganar peleas en las que él era no favorito le hizo ganarse el apodo de Cinderella Man.
Nacido en Nueva York en el seno de una pobre familia irlandesa. Después de una exitosa carrera amateur Braddock se hizo profesional a los 21 años, peleando en la categoría de semipesados. Tres años después en 1929, sus actuaciones le dieron la oportunidad de pelear por el campeonato, pero perdió por un estrecho margen contra Tommy Loughran por decisión en una pelea a 15 asaltos. Ésta fue seguida por otra pelea contra Maxie Rosenbloom y en los siguientes seis años tuvo que ganar para vivir mientras la Gran Depresión tenía lugar y las oportunidades de ganar dinero en el negocio del boxeo estaban limitadas para la mayoría de los púgiles de mitad de ranking.

En 1934, debido a una cancelación de último minuto, a Braddock se le ofreció la oportunidad de pelear contra John "Corn" Griffin. Aunque se suponía que debería ser otro escalón en el ascenso de Griffin, Braddock consiguió una victoria inesperada. Después derrotó a otro respetado contendiente, John Henry Lewis; y en marzo de 1935 derrotó a Art Lasky, que le hizo ganarse la consideración de ser el máximo contendiente al campeonato del mundo y consiguió una pelea por el título contra el Campeón del Mundo de los pesos pesados, Max Baer.

Considerado nada más que un púgil experimentado, Braddock fue escogido por los agentes de Baer porque fue visto como una paga fácil para el campeón. En una de las mayores sorpresas del boxeo, el 13 de junio de 1935, en Long Island City, Nueva York, Braddock ganó el campeonato del mundo de los pesos pesados. La pelea mostró a un tenaz Braddock recibiendo pesados golpes del poderoso campeón, pero continuó hasta que venció a Baer. Los jueces le dieron a Braddock el título por decisión unánime.


Braddock sufrió problemas con sus manos después de bastantes lesiones y en 1936 su defensa del título en el Madison Square Garden contra el alemán Max Schmeling tuvo que ser cancelada. Cuando estuvo preparado para luchar, Braddock, con 32 años, escogió defender su título contra la entonces estrella de 23 años Joe Louis. Dándose cuenta de que Louis sería un gran favorito y siendo un astuto hombre de negocios, Braddock negoció un acuerdo a través del cual él recibiría el 10% de las futuras ganancias de Louis en los siguientes diez años. Braddock noqueó a Louis en el primer asalto en su combate del 22 de junio de 1937, pero Louis se recobró y dominó el combate ganando por parada en el octavo asalto.

Braddock luchó una vez más en 1938, ganando por decisión contra Tommy Farr, pero el tiempo había pasado factura y, sabiamente, se retiró. Después de su retiro, Jim y su manager Joe Guld se alistaron en 1942 donde se convirtieron en tenientes y antes de que la guerra terminara Braddock sirvió en la isla de Saipan. En 1954, se le concedió el James J. Walker Award en reconocimiento por su largo y meritorio servicio al boxeo.

A su muerte en 1974 en Nueva Jersey, Braddock fue enterrado en el cementerio Mount Carmel, en Englewood, Nueva Jersey, dejando tras de si un récord de cincuenta y una victorias en ochenta y cinco combates.

Braddock fue incluido en el the Ring Boxing Hall of Fame en 1964, el Hudson County Hall of Fame en 1991 y en el International Boxing Hall of Fame en 2001. Un parque en la ciudad de North Bergen, Nueva Jersey, lleva su nombre en honor suyo.

La lista de Schindler su historia:


En esta fotografia vemos a Liam Neeson dando vida a Schindler.

Oskar Schindler (28 de abril de 1908 - 9 de octubre de 1974) fue un industrial y hombre de negocios alemán que salvó a unos 1100 judíos del Holocausto Nazi, contratándolos para su fábrica de artículos para la Wehrmacht situada en la actual Polonia.
Schindler nació en Zwittau, Moravia (actual Svitavy), Bohemia (entonces parte del Imperio Austrohúngaro, actualmente en la República Checa), en el seno de una rica familia católica que se dedicaba a los negocios. Su familia sufrió el hambre de la postguerra de la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión de 1929. Durante su niñez y juventud tuvo entre sus mejores amigos a familias judías. En 1930 se afilió al Partido Nazi por necesidad. Tenía una hermana a la que era muy cercano, Elfriede, 7 años menor que él.

Foto real de schindler;

Fue un oportunista y hábil hombre de negocios y no ocultaba su afición por las mujeres, las fiestas y la vida bohemia. Estaba casado con Emilie quien, a pesar de sus devaneos, le profesaba una profunda admiración y respeto.

Schindler fue reclutado por las SS como informante por un tiempo por ser conocedor de los contactos con comerciantes polacos y judíos adinerados, aprovechándose de ello para ganarse la estima de las altas esferas nazis. Los oficiales nazis veían en Schindler no sólo a un simpático y agradable donjuán, sino también a una fuente para proveerse ocultamente en las fiestas de damas de la alta sociedad alemana, apreciadas prendas y artilugios del mercado negro. Schindler, gracias a estos contactos, vio una oportunidad de lucrarse con un negocio durante la invasión de Polonia en 1939, que dio comienzo a la Segunda Guerra Mundial.

Schindler adquirió a un bajo precio una fábrica en Cracovia, a la que nombró Deutsche Emaillewaren-Fabrik. Esta fábrica con sus instalaciones intactas se dedicaba a la confección de ollas y utensilios de cocina en tiempos de paz, pero Schindler adaptó la producción para abastecer a la Wehrmacht con utensilios de campaña. Como la mano de obra germana resultaba cara y además escasa, resolvió negociar con el comandante del campo de labores de Plaszow, el coronel SS Amon Goeth. Desde este campo se enviaban trenes con judíos seleccionados para los campos de exterminio de Auschwitz, Treblinka y Sobibor.

Schindler negoció con Goeth el arrendamiento de mano de obra en judíos aptos para su negocio, seleccionando entre ellos a un contable muy habilidoso llamado Itzhak Stern. Obtuvo inicialmente unos 300 trabajadores judíos para trabajar allí, con la ayuda de Stern. Los judíos seleccionados trabajaban durante el día en la fábrica y en la noche volvían custodiados por guardias al campo.

Además del pago de arrendamiento, Schindler debía rendir un tributo de los beneficios de la producción al coronel Goeth.

En esta imagen vemos a Schindler y su esposa Emilie;

Poco a poco, gracias a esta convivencia diaria se fue abriendo en la conciencia de Schindler los relatos de las brutalidades y el destino que los nazis le daban a los judíos bajo el nombre de "reinstalación judía".

Schindler empezó a tomar gradualmente conciencia que detrás de la explotación sistemática y esclava de los judíos estaba propiciando una ideología irracional hacia el judío. Su fábrica era una ventana hacia una maquinaría de exterminio masivo.

Después de la represión del Gueto de Cracovia de la cual Schindler fue testigo, empezó a cambiar su actitud hacia los judíos. Hábilmente negoció con el coronel Goeth Judío por Judío, pagándole una suma determinada de dinero para que cada uno de ellos fuera empleado en su fábrica. Los judíos eran inscritos en una lista por Stern.

Cuando el negocio de las ollas ya no era satisfactorio con la Wehrmacht cambió el rubro a la producción de cápsulas de artillería para poder mantener en pie la fábrica y así ampliar la solicitud de mayor mano de obra y también mantener el salvataje de judíos desde Plaszow. Schindler dio instrucciones para que una parte de las cápsulas tuvieran defectos de fabricación, en especial las de 88 mm y 75 mm cuidando de no caer en evidencia de sabotaje.

Al principio puede que se sintiera muy motivado por el dinero (por ejemplo, escondiendo a los ricos inversores judíos), pero luego comenzó a proteger a sus trabajadores sin tener en cuenta el beneficio económico.

Schindler, gracias a su habilidad, pudo proteger a los judíos de su fábrica y salvarlos de morir en los campos de exterminio. A finales de 1944 Schindler pudo salvar unos 1.200 judíos polacos, quedando casi en la bancarrota.


La fabrica de Schindler;

Una vez liberado el campo de Plaszow por los soviéticos, el coronel Goeth fue ahorcado en el mismo campo después de un juicio sumario.

Después de la guerra Schindler emigró a Argentina donde estaba su esposa, ya que a pesar de ayudar a los judíos, fue buscado por pertenenecer a las SS. Se dedicó al negocio de la crianza de gallinas y nutrias.

El gobierno de Israel liberó de la persecución a Schindler en 1955. En 1958 se separó de Emilie y regresó fracasado a Alemania, ya que sus negocios en tierras argentinas no prosperaron.

En 1960, el gobierno de Israel reconoció hondamente su iniciativa salvadora para con los prisioneros de Plaszow, cuyos descendientes le recuerdan como un ángel salvador. Fue declarado “Justo entre las Naciones” por el memorial de Yad Vashem el 1 de julio de 1967, permitiéndosele plantar un árbol en la Avenida de los Justos, en Jerusalén, e intentó socorrerle económicamente una vez que este retornó definitivamente a Alemania, pero éste amablemente rehusó y falleció en Hildesheim a la edad de 66 años en la mayor indigencia en 1974. Fue sepultado en el cementerio católico de Jerusalén

Imagen de la tumba de Schindler.

Everest quienes fueron realmente los primeros en coronarlo.


En esta fotografia tenemos a Irvine a la izquierda y Mallory a la derecha;

Uno de los mayores enigmas de la historia es dilucidar quiénes fueron los primeros escaladores en llegar a la cima del Everest. Oficialmente se reconocen a Norgay y Hillary, quienes lo hicieron en 1953. Sin embargo, el misterio radica en la fatídica expedición de 1924 realizada por los legendarios George Mallory e Andrew Irvine, quienes de haberlo logrado, serían artífices de una reescritura en los libros de historia.

La leyenda y legado de Mallory llegó a límites inimaginables en el mundo de los escaladores y aventureros. No sólo fue uno de los primeros en adentrarse en algunas de las montañas más peligrosas y desafiantes del mundo. Sino que además lo hacía con un equipo tan básico y primitivo que varias de sus hazañas fueron imposibles de replicar posteriormente. Es por esto que durante muchas décadas escaladores de todo el mundo se adentraron en las cavernas y cornisas del Everest con el único fin de hallar el cuerpo de Mallory y el de su compañero de cordada, Irvine. Quizás con la esperanza de dilucidar el gran misterio. Sin embargo, sería sólo 75 años más tarde, en 1999, que el cuerpo de Mallory aparecería, a solo 521 metros de la cima. E irónicamente, el misterio, más allá de resolverse, se volvió aun más nebuloso.


En esta foto se aprecia el precario equipo de Mallory;

Esta sería su tercer expedición, las dos primeras fueron en 1921 y 1922, e intentarían ascender por la cara noreste del monte. Una verdadera aventura inmensurable. Alejados de los equipos técnológicos de hoy en día, ellos contaban sólo con voluminosas chaquetas de lana, pesados bolsos de cuero e instrumental tan básico como poco confiable. Si bien Irvine era un joven audaz de 22 años, Mallory con sus 38, era un experimentado alpinista que había subido montañas en todos los continentes y climas.

La expedición era una prioridad nacional para el gobierno Británico, y a ella mandaron a sus mejores alpinistas. Tras rescatar a unos sherpas atrapados en un temporal dividirían las cordadas y partirían con distintos planes de ascenso. Mallory, que sabía que por su edad este era su último intento, anotaría crípticamente en su diario: “La suerte está echada. De nuevo por última vez avanzamos por el glaciar de Rongbuk en pos de la victoria o de la derrota final”

Partirían el 7 de junio, y su último campamento el C6, a 8160 metros. Allí cenarían sardinas con té, y tras preparar su equipo y verificar los pesados tanques de oxigeno, continuarían con su expedición. Nunca se supo más nada de ellos.

El gran misterio
El hallazgo del cuerpo bien conservado de Mallory en 1999 gracias a la expedición de Eric Simonson trajo más interrogantes que respuestas. Mallory se encontraba boca abajo, y con grandes heridas, sobretodo una fractura de tibia. Desafortunadamente, no hallaron la cámara de fotos, la cual según se cree permanece con el cuerpo de Irvine en algún rincón del Everest, con la cual se podría buscar una foto de la cima -prueba que requerían al descender- y así terminar con el misterio.

Su última imagen con vida. Puede vérselo a Mallory con las gafas solares puestas;

Puntos que indican la posibilidad de haber llegado:
- Entre lo primero que se buscó estaba la fotografía que llevaba consigo de su esposa. Imagen que había prometido depositar en la cima si es que llegaba. No obstante, la fotografía no estaba en su cuerpo, lo que da dos posibilidades: La perdió en el viaje, algo muy difícil ya que la mantenía en el compartimiento reforzado de su chaqueta; o llegó a la cima y la depositó según su promesa.
- Mallory no llevaba puestas sus gafas para el sol, elemento que, a causa de una anterior ceguera de las nieves, utilizaba siempre cuando se encontraba ascendiendo a gran altura, pero no así cuando descendía.
- Otro compañero de expedición, Noel Odell, aseguró, en un momento de claridad atmosférica, haberlos visto sortear con éxito el segundo paso a las 12:50 PM.
- La expedición de 1933 halló una de sus hachas a 8460 metros, en un risco de fácil acceso que estaba marcado en su plan de ascenso -y más cerca de la cima que el mismo cadaver de Mallory-.
- Un complejo estudio de las marcas de oxidación del reloj de Mallory intenta señalar la hora exacta del accidente a las 1:25 y 1:55. Que de no ser de la mañana y corresponder a la tarde, indicarían que estaban descendiendo y no ascendiendo. Así mismo, esta hora de descenso tendría sentido con la hora en que fueron vistos por Odell.

Argumentos en contra
- Son muchos los argumentos en contra, sobretodo la imposibilidad de haber sorteado el segundo y más dificultoso paso cargando un equipo de oxígeno de 15 kilos, sin pitones y cuerdas delgadas de seda.
- Odell si bien en un primer momento había asegurado vistos haberlos sortear el segundo paso, luego se retractó y dijo no estar del todo seguro.
- Reinhold Messner, el mayor experto en la cara noreste, y el primero en haber ascendido a la cima sin apoyo de oxígeno, tras un extensivo análisis ha declarado la hazaña como imposible.
Este es el video del hallazgo del cuerpo de Mallory:

El gran fakir Mirin Dajo



Mirin Dajo ("fantástico" en esperanto) es el seudónimo por el que se dió a conocer Arnold Gerrit Henske, un faquir holandés que vivió en la primera mitad del siglo XX.

Sus habilidades fueron motivo de estudios por diferentes expertos. Hoy en día muchos de ellos siguen pareciendo sorprendentes.

El siguiente video rescata algunas imágenes de este faquir, donde se puede ver como es atravesado por diferentes espadas y pinchos metálicos sin sangrar ni una sóla gota de sangre.

Sin arañar el secreto profisional de los ilusionistas, daremos sólo algunos detalles. Hoy sabemos que se trata de pura técnica, propia de ilusionistas en la area de faquirismo. Así lo comprovaron, contra Mirin Dajo, el Prof. Bessemans de la Facultad de Medicina de Gand. Hizo preparar una colección de estiletes metálicos de puntas bien afiladas, redondeadas, lisas, sin aristas cortantes. Utilizó también dos cánulas para punción lombar, sin desinfectar y los introdujo despacio en el abdomen y en el tórax de diferentes animales: ratones, cobayas, conejos y perros. Los instrumentos, extraídos con la mayor prudencia, no traían ningún vestigio de sangre. Y las llagas, sin excepción, no sangraron. El examen radiológico o la autópsia mostraron que el hígado, el estómago, los pulmones y el o corazón habían sido atravesados. Sin embargo, los animales sobrevivieron sin presentar infecciones. El dolor sólo se hacía sentir a la entrada y a la salída del objeto aguzado. Esas experiencias fueron hechas a continuación, con el mismo éxito, por el Prof. Brunner, de Zurik.

Lejos de usar trucos, lo que se veía era lo que había. Se creía señalado por Dios, que era ayudado por ángeles guardianes, y que podía curar a las personas. Murió antes de cumplir los 36 años.

EL CID LA VERDAD


Mucho se ha escrito sobre el Cid si fue un heroe,un Mercenario a sueldo del que mejor le pagaba, si fue fue amigo de los moros o por lo contrario un enemigo a muerte, si fue un gran patriota o simplemente se aprovechaba buscando su propia riqueza. intentemos aclaralo:
Nació en fecha desconocida a mediados del siglo XI (entre 1048 y 1050).[2] Su lugar de nacimiento es sólo señalado por el Cantar de mio Cid como Vivar del Cid, a 10 km de Burgos, aunque carecemos de otras fuentes documentales que ratifiquen esto. Era hijo de Diego Laínez, infanzón de Vivar, de la nobleza menor, "capitán de frontera" en las luchas entre navarros y castellanos en la línea de Ubierna - Atapuerca, y de Sancha o Teresa Rodríguez, hija de Rodrigo Álvarez, de una de las primeras familias del condado de Castilla. Según la Historia Roderici, su abuelo por vía paterna era Laín Núñez, quien aparece como testigo en documentos expedidos por el Rey Fernando I de Castilla, a su vez descendiente de Laín Calvo, uno de los míticos Jueces de Castilla. Desde muy joven, entró en el servicio de la corte del rey Fernando, como doncel o paje del príncipe Sancho, formando parte de su séquito.


Se dice que fue investido caballero alrededor del año 1060[cita requerida], en la iglesia de Santiago de los Caballeros (Zamora) por el príncipe Sancho, aunque en opinión del citado Martínez Diez en su exhaustiva biografía cidiana, la corte de Sancho se encontraría en Burgos, como capital del futuro reino de Castilla que heredaría de su padre. Si damos crédito a las posibles fechas de nacimiento del Cid que Martínez baraja, la fecha de 1060 parece de todo punto improbable como la de su ordenación como caballero. En realidad, uno de los indicios más valiosos para aventurar la fecha de nacimiento de Rodrigo, es la alusión en el Carmen Campidoctoris a la participación del Cid en la batalla de Graus (1064), al servicio del infante Sancho, a la sazón aliado del rey taifa de Zaragoza, Al-Muqtadir, sin que en ningún momento se diga que esta participación fuese en calidad de caballero, y si aceptamos que la coronación de Sancho como rey de Castilla no tuvo lugar hasta 1065, la fecha de 1060 paree aún más improbable. Teniendo en cuenta todo lo anterior, y que la dignidad de caballero no solía ser alcanzada antes de la edad de 15 años, Martínez señala al año 1067 como el más probable para la investidura de caballero, coincidiendo con la Guerra de los tres Sanchos y el primer combate singular del Cid contra Jimeno Garcés. Hasta la muerte de Sancho en 1072 el Cid gozó del favor del rey, quien le puso al frente de su mesnada y le encomendó la custodia de su enseña, en calidad de alférez tras la Batalla de Llantada.
El Carmen Campidoctoris señala precisamente a la campaña de la Guerra de los Tres Sanchos y a la victoria de Rodrigo en combate singular sobre el caballero navarro Jimeno Garcés, como el origen del sobrenombre "Campeador" (campidoctoris, o maestre de campo).

Como jefe de las tropas reales, acompañó a Sancho en la guerra que éste mantuvo con su hermano Alfonso VI, rey de León y con su hermano García, rey de Galicia, con el objeto de reunificar el reino dividido tras la muerte del padre. Desempeñó un papel notable, sobre todo en las victorias castellanas de Llantada (1068) y Golpejera (1072). Tras esta última, Alfonso VI fue capturado y Sancho II se adueñó de León y, a continuación, de Galicia.

Parte de la nobleza leonesa se sublevó y se hizo fuerte en Zamora, bajo el amparo de la infanta doña Urraca, hermana de los anteriores. Sancho II, con la ayuda de Díaz de Vivar, sitió la ciudad, pero murió asesinado por el noble zamorano Bellido Dolfos.


Alfonso VI sucedió a su hermano en el trono del Reino de Castilla y en el de León. En su calidad de alférez real, tomó juramento a Alfonso VI (Santa Gadea, 1072) de no haber intervenido en la muerte de su hermano Sancho II.

Las relaciones entre Alfonso y Díaz de Vivar fueron buenas en principio; aunque el nuevo rey le sustituyó en el cargo de alférez real por García Ordóñez, conde de Nájera, lo nombró juez o procurador en varios pleitos y le proporcionó un honroso matrimonio con Jimena Díaz (julio de 1074), noble asturiana, bisnieta de Alfonso V, con quien tuvo tres hijos: Diego, María (casada en segundas nupcias con el Conde de Barcelona) y Cristina (casada en segundas nupcias con el infante Ramiro de Navarra). Sin embargo el Cid siempre tuvo recelo de que Alfonso estuviera involucrado en el asesinato de Sancho, algo que irritaba a Alfonso.

En 1079 fue comisionado por el rey para cobrar las parias (tributos) al rey de Sevilla. Durante esa misión, ganó un combate contra las tropas del rey moro de Granada, a las que acompañaban las de García Ordóñez, en misión similar a la de Díaz de Vivar.

El ataque sufrido por Díaz de Vivar, sin embargo, tuvo una relevancia especial, por cuanto, al parecer, habría sido parte de una maniobra del propio Alfonso VI con el objeto de desequilibrar las fuerzas de los reinos de Taifas en su beneficio. Sin saberlo, la misión de Díaz de Vivar fue en contra de los planes de su rey. Por lo demás, su victoria frente a un noble de buena posición en la corte, García Ordóñez, complicó su situación.

A todo esto se sumó, finalmente, un exceso (aunque no excepcional en la época) de Díaz de Vivar tras repeler una incursión de moros toledanos en 1080: adentrándose, a su vez, en el reino de Taifa toledano, saqueó su zona oriental, que estaba bajo el amparo del rey Alfonso VI.

Sin descartar la influencia de cortesanos opuestos a Díaz de Vivar en la decisión, todo lo anterior tuvo como consecuencia que el rey incurriera en la «ira regia» y decretase su destierro y el rompimiento de la relación de vasallaje con él. Se dijo que el Cid se quedaba con partes de las parias que se cobraban a los reinos de Taifas.

A finales de 1080 o principios de 1081, Díaz de Vivar partió al destierro e, inmediatamente, buscó un patrono al otro lado de la frontera. Junto con sus vasallos o «mesnada», entró al servicio desde 1081 hasta 1085 del rey de Zaragoza, al-Mutamín, que encomendó al Cid en 1082 una ofensiva contra su hermano, el gobernador de Lérida, Mundir, el cual, aliado con el conde Berenguer Ramón II de Barcelona y el rey de Aragón, Sancho Ramírez, no quería acatar el poder de Zaragoza a la muerte del padre de los dos, Al-Muqtadir, iniciándose por ello las hostilidades.

La mesnada del Cid reforzó las plazas fuertes de Monzón y Tamarite y derrotó a la coalición, ya con el apoyo del grueso del ejército taifal de Zaragoza, en la batalla de Almenar, donde fue hecho prisionero el conde Ramón Berenguer II. El apoteósico recibimiento de los musulmanes de Zaragoza al Cid al grito de «sīdī» («mi señor» en árabe) pudo originar el apelativo romanceado de «mio Çid». El otro apelativo que le brindaron los musulmanes fue «el milagro de su Dios».[3]

En 1084 el Cid desempeñaba una misión en el sureste de la taifa zaragozana, atacando Morella. Al-Mundir, señor de Lérida, Tortosa y Denia, vio en peligro sus tierras y recurrió de nuevo a Sancho Ramírez, que le atacó el 14 de agosto de 1084. De nuevo el castellano se alzó con la victoria, reteniendo a dieciséis nobles aragoneses, que al fin liberó tras cobrar su rescate.

La invasión almorávide y la derrota en 1086 de Alfonso VI en la batalla de Sagrajas, fomentaron el acercamiento entre rey y vasallo, a quien se le encargó la defensa de la zona levantina y le concedió varios dominios en tenencia: Dueñas, San Esteban de Gormaz, Langa de Duero y Briviesca. Entre 1087 y 1089, hizo tributarios a los monarcas musulmanes de las taifas de Albarracín y de Alpuente e impidió que la ciudad de Valencia, gobernada por el rey Al-Qadir, aliado de los castellanos, cayera en manos de Al-Musta'in II de Zaragoza, sucesor de Al Mutamín, y del conde de Barcelona Berenguer Ramón II. En 1089 se produjo una nueva disensión con el rey, al llegar tarde las tropas de Díaz de Vivar al sitio de Aledo, lo que le provocó un segundo destierro y ser despojado de las concesiones anteriores e incluso de sus propias heredades. Junto con su mujer Jimena y sus soldados más leales marchó en busca de gloria.


A partir de este momento, planteó su intervención en Levante como una actividad personal y no como una misión por cuenta del rey. En 1090 saqueó el Reino de Denia y después se acercó a Murviedro (hoy Sagunto), provocando el miedo de Al-Qadir en Valencia, que pasó a pagarle tributos. El rey de Lérida, por su parte, pidió ayuda frente a Díaz de Vivar al conde de Barcelona, Berenguer Ramón II, al que derrota en Tévar en 1090. Como consecuencia de estas victorias, se convirtió en la figura más poderosa del oriente de la Península.

Salió victorioso, por la descoordinación de sus enemigos, de una alianza entre castellanos y aragoneses con el fin de apoderarse de Valencia en 1092 y aminorar así su poder. Como represalia, lanzó un ataque sobre La Rioja que obligó a Alfonso VI a volver a su reino. Por lo demás, a estas alturas todo Levante, excepto Zaragoza, pagaba sus parias a Díaz de Vivar.

En otoño de 1092 se vio obligado a pensar en el asalto a Valencia, perdida tras la muerte de su protegido por querellas internas entre los moros; puso sitio a la ciudad y, finalmente, entró en ella el 15 de junio de 1094.

A partir de ese momento, adoptó el título de príncipe Rodrigo el Campeador, y podría ser este otro (anteriormente fue general en jefe del ejército de la Taifa de Zaragoza, y sus guerreros pudieron muy bien aplicarle el apelativo de meu sidi), el momento cuando se le aplicó el título de Mio Cid, pues fue efectivamente señor de muchas fortalezas de alcaides musulmanes en tierras de Levante.

Establecido ya en Valencia, se alió con Pedro I de Aragón y con Ramón Berenguer III con el propósito de frenar conjuntamente el empuje almorávide. Las alianzas militares se reforzaron con matrimonios. Una hija suya, María, casó con Ramón Berenguer III, y su otra hija, Cristina, con el infante Ramiro Sánchez de Navarra.

A comienzos del año 1097, los almorávides atacaron el territorio valenciano. Pedro I de Aragón acudió en auxilio del Cid y, juntos, vencieron a los musulmanes. Ese mismo año, Rodrigo envió a su único hijo varón, Diego Rodríguez, a luchar junto a Alfonso VI contra los almorávides; las tropas de Alfonso VI fueron derrotadas y Diego perdió la vida en la Batalla de Consuegra.

Su fallecimiento se produjo en Valencia entre mayo y julio de 1099 (según G. Martínez Díez, el 10 de julio) debido a unas fiebres. Regaló su espada Tizona a su sobrino Pedro, junto con quien tantas veces había luchado. Doña Jimena consiguió defender la ciudad con la ayuda de su yerno Ramón Berenguer III durante un tiempo, pero en mayo de 1102, debido a una situación insostenible, con ayuda de Alfonso VI, la familia y gente del Cid abandonó Valencia.

Sus restos fueron inhumados en el monasterio burgalés de San Pedro de Cardeña. Durante la Guerra de la Independencia los soldados franceses profanaron su tumba. Los restos fueron recuperados y, en 1842, trasladados a la capilla de la Casa Consistorial de Burgos. Desde 1921 reposan junto con los de su esposa doña Jimena en un emplazamiento privilegiado de la Catedral de Burgos.
Fuente wikipedia.